Hoy (12-06-03) es un día inmensamente triste, en el cual cumplo
cuarenta y cinco años, y me siento mutilada, a raíz de
que se cumplen, apenas dos meses (12-04-03) del sepelio de mi hijo Damián
Rosende.
La mañana del viernes 11 de abril de 2003 Damián salió
de casa a las 5.30 hs., hacia la facultad, viajando en el interno 130,
ramal L azul de la línea 159 de la Empresa de Transportes M.O.Q.S.A.
(“el blanquito”), y a pocos minutos del viaje se truncaron
todos sus proyectos de vida, una bala que ingresó por el pómulo
derecho, desfigurando su bello rostro, atravesó el cerebro destruyendo
y vaciando sus ideas y pensamientos.
Los hechos se sucedieron así: Damián viajaba sentado y
dormido en el segundo asiento a la izquierda, en Debenedetti y Cortéz,
a la altura de Dock Sud, partido de Avellaneda, subieron dos adolescentes
de alrededor de diecisiete años a robar, uno de ellos se sentó
delante de mi hijo y el otro se dirigió hacia el fondo del colectivo,
retornando luego hacia adelante y a la altura de Sargento Ponce, exhibió
un arma de fuego diciendo: “están todos robados”,
el que estaba sentado se levanta dirigiéndose hacia el fondo
intentando robar a los pasajeros del lado izquierdo, simulando con su
mano derecha tener un arma debajo de sus ropas, gira sobre su izquierda,
intenta robar a los del lado derecho del fondo del colectivo, donde
se hallaban dos pasajeros, que inmediatamente extrajeron sus armas y
abrieron fuego, escuchándose cuatro (4) detonaciones. El que
estaba en la parte delantera obliga al chofer a que abra las puertas
para descender y así huyen, ese por adelante y el otro por la
puerta del medio.
Una señora que no declaró, pero yo la escuché por
radio a las 8.45 hs. de nombre Ema, dijo que había un joven herido,
entonces los pasajeros que habían iniciado el tiroteo se acercaron
a mi hijo y preguntaron al resto del pasaje si alguno tenía un
teléfono celular y como nadie tenía le indicaron al chofer
que se dirigiera rápidamente a un hospital, ya que Dami sangraba
mucho, pero cuando llegó al hospital mi hijo estaba sin vida,
y sin mí..., también lo movieron cosa que considero no
debieron hacer, pues no eran médicos, si mi hijo estaba vivo
con posibilidad de recuperación, quizá halla muerto a
causa de esa imprudente maniobra.
La sorpresa fue que esos dos pasajeros armados que dispararon indiscriminadamente
y a mansalva, sin medir ningún tipo de consecuencias en un lugar
público y cerrado, dónde había seres indefensos
como Damián y otros, no eran pasajeros comunes como los demás,
eran un suboficial perteneciente a la 3ª Agrupación de Combate
del Cuerpo Policía Montada de la Policía Federal Argentina,
el Agente Maximiliano Federico Salto y un suboficial de La Prefectura
Naval Argentina, el Ayudante Principal Bernardino Luque.
La investigación fiscal fue la Nº I-31-03687/03, sumario
Nº 824/03, comisaría 24ª, Secretaría 131, a
cargo del Fiscal Dr. Aldo Gustavo De La Fuente, Secretaría del
Dr. Alberto Ferrari, causa Nº 22.489/03 Juzgado Nacional en lo
Criminal Nº 24, Juez de Instrucción Raúl Eduardo
Irigoyen.
Según las declaraciones de los testigos a las 7.30 hs. de ese
mismo día en la comisaría 24ª de la Capital Federal,
los dos suboficiales no dieron voz de alto, no se identificaron como
tales, ni intentaron detener a los ladrones, quienes nunca dispararon.
Cabe aclarar ciertas versiones policiales que en un primer momento quisieron
hacer pasar la situación como un enfrentamiento, informando a
los periódicos, que los ladrones comenzaron a disparar, al intentar
ser detenidos por personal de seguridad que se identificó como
tal, y que en ese desgraciado enfrentamiento del cual ellos serían
los héroes resultó víctima mi hijo.
Se secuestraron para periciar: las armas, vainas servidas y proyectiles,
todas pertenecientes a los dos suboficiales y un (1) sobre cerrado,
encintado y firmado conteniendo en su interior un (1) proyectil con
dos (2) cabellos y sustancia de aspecto hemático que fuera extraído
de la gorra que Damián llevaba puesta, labrándose las
actas correspondientes en su cierre y apertura en presencia de testigos
y custodia policial en su trayecto.
A las 19.40 hs. de ese mismo día se informa telefónicamente
sobre los resultados de la pericia balística y se recepciona
la información de igual manera a las 19.45 hs. labrándose
las actas correspondientes respectivamente. La misma determinó
que el proyectil analizado con los cabellos y sustancia hemática
de mi hijo pertenecía al arma del personal de Prefectura Naval
Argentina, Ayudante Principal Bernardino Luque, y luego es confirmada
por la División Balística, informe pericial Nº 856/03
Fax Nº 1579 de ese mismo día a las 20.19 hs. También
se determina en el mismo informe que las armas eran aptas para tirar,
de funcionamiento normal y por supuesto habían sido disparadas,
dado que como siempre pasa en estos casos “San Luque” adujo
que se le “trabó el arma”, y “San Salto”
que, por ese motivo, se vió “obligado” a disparar.
“Dos Santos”.
Todo estuvo demasiado claro desde un primer momento, a mi hijo me lo
entregaron cuatro horas más tarde de saber ellos quien lo había
matado, y aún el 14 de abril, tres días después,
al papá en la comisaría 24ª de Capital Federal, le
dijeron que se quedara tranquilo, porque habían apresado a uno
de los delincuentes, dado que hubo algunas denuncias anónimas
e investigaron sobre un menor herido de bala, internado en el Hospital
Fiorito de Avellaneda, quién si fue detenido quedó en
libertad, porque el Juez de Menores, UFI 10 del Juzgado de Lomas de
Zamora, leyendo las declaraciones de los testigos y considerando que
no había disparado actuó en consecuencia.
El Juez Raúl Eduardo Irigoyen se declara incompetente, por ser
de jurisdicción la Provincia de Buenos Aires, donde se cometió
el delito, derivando la causa a los Tribunales de Lomas de Zamora, Juzgado
de Garantías Nº 2, UFI 14 IPP 418.883, causa Nº 6777.
(14/04/03)
El Juez Dr. Javier L. Maffucci Moore el 15/04/03 le solicita a la UFI
14 se expida en el término de tres días en cuanto a la
competencia del caso y la Fiscal Dra. Graciela Rivero responde el 24/04/03,
a los seis días hábiles, aceptando finalmente la competencia
el 05/05/03, demoraron doce días hábiles en expedirse,
¿queman en las manos casos como éste? ¿por qué
se informó sobre tiroteo cruzado, tiroteo entre malvivientes
y policías, etc., etc., etc., si los hechos se produjeron unilateralmente
y desde las fuerzas de seguridad? ¿Cómo podemos nosotros,
ciudadanos argentinos pagarles un sueldo a personas tan incapaces que
siendo dos de... ¿seguridad? disparan a matar a la cabeza de
un estudiante y a los pies de los ladrones consiguiendo incluso éstos
huir? ¿qué exámenes médicos se les realizan...
¿vista? Mi hijo medía 1,90 Mts. y pesaba 90 kg. ¿no
lo vieron?... ¿pulso?... ¿psiquiátricos o psicológicos?...
¿alcoholemia?... ¡A mi hijo le realizaron pruebas de alcoholemia!,
¡qué ridiculez!... ¿exámenes toxicológicos?...
Tampoco fueron realizados oportunamente, y ya es tarde! ¿Solamente
se investiga a la víctima?
Se autorizó a tomar vista del expediente el 05/05/03, solicité
en tiempo y forma las fotocopias certificadas de la causa, abonando
las mismas y sus correspondientes tasas de justicia, pues además
de corresponder estar en mi poder por ser mi condición la de
Particular Damnificado, son imprescindibles para tramitar entre otras
cuestiones, seguros pertinentes al sepelio de mi hijo. Fueron extendidas
el 10/06/03.
¿Cómo es posible que algunos medios de comunicación...,
difusión?, hablen de uniformados (incluso se contradicen en sí
mismos) y la mayoría de personal civil, incluso los testigos?
¿Difieren las penas en dichas conceptualizaciones? ¡Y ni
que hablar de la “prensa amarilla”! Las publicaciones son
espantosas (en especial las fotográficas), se olvidan que detrás
de la noticia hay una familia que sufre. ¿Cuándo creceremos
como país y como seres humanos? ¡Cúando! ¿Quiénes
se ocupan de regular estos temas?
¿Cómo es posible que personal civil esté exceptuado
de portar armas, y estas bestias de mentalidad asesina tiren a mansalva
incluso, estando prohibido en ese contexto por reglamento interno de
las fuerzas a las que pertenecen? Si viajan policías que viajen
de uniforme, entonces los ciudadanos comunes elegimos subir y viajar
arriesgando nuestra vida o bajarnos, pero no podemos seguir más
en inferioridad de condiciones y en cualquier momento ser asesinados
ante la inoperancia de éstos. Y de lo contrario que desde sus
lugares de trabajo los transporten a sus domicilios y viceversa, son
personajes siniestros y muy peligrosos, tanto o más que los ladrones.
¿Saben lo que es buscar desesperadamente a un hijo al escuchar
por radio 8.20 hs. la noticia y sentir en el corazón el dolor
que el desgarro produce aunque no hayan pronunciado su nombre? Desde
la Psicología sabemos que la percepción precede a la inteligencia,
supe a las 8.20 que no tenía más a Dami, viviendo a ocho
cuadras de la comisaría 3ª de Quilmes nadie vino a informarme,
mi hijo no era un NN, portaba cédula de la Policía Federal
Argentina, constando en la misma su domicilio, ¿qué vínculos
deben establecerse entre la comisaría 24ª y la 3ª de
Quilmes en éstos casos?. Lo busqué más de cuatro
horas y aún habiéndole confirmado el hecho al papá
y a su hermano Andrés (de solo veinte años), demoraron
una hora más en darme la noticia, obligándome tal situación,
a deambular por diversos sectores del hospital Cosme Argerich, creyendo
todavía en la posibilidad de encontrarlo con vida y en una cama,
rehabilitándose de alguna herida. La estrategia era darme un
miserable papel, el mismo está a disposición, donde dice
el nombre de asistentes de gabinetes psicológicos pertenecientes
a La Policía Federal Argentina, para que cuando yo decida, pueda
ir a llorar la ausencia de mi hijo. ¿Cómo se les ocurre
que voy a llorar al diván de “los asesinos” de mi
hijo? ¿Por qué no mandan al Gabinete Psicológico
a esos LOCOS, INFRADOTADOS, antes de entregarles un arma a cargo?
¿Qué pena puede caberle a estos delincuentes que dicen
pertenecer a Fuerzas de Seguridad?, a las que yo a partir de ese día
las denomino de Inseguridad, que nos deben cuidar y poner su vida a
nuestro servicio, si fuera necesario.
Hablo de impunidad, porque considero que existe falta de castigo, siguen...
¿trabajando? ¿viajando en colectivo con compañeros
de Damián que van temblando porque no saben en qué momento
los van a matar? Los ladrones sueltos, no dispararon, son menores, están
mezclados entre la ciudadanía y todo sigue igual. ¿Qué
leyes nos amparan a los argentinos honestos, estudiantes, trabajadores?
¿Los Derechos Humanos existen solo para estos... “¿señores?”
El que mata debe penar de por vida en una cárcel, como nos toca
a los padres penar de por vida la ausencia de nuestro hijo, pero luego
argumentan “que actuaron en legítima defensa y en pleno
ejercicio del deber”, cuando nunca estuvieron en peligro sus vidas,
cuando un ladrón simulaba portar un arma debajo de sus ropas,
cuando no intentaron detenerlos, ni siquiera aún después
de lo sucedido, son tan inservibles estos psicópatas que estaban
muertos de miedo y actuaron de manera patológica.
Ese día llegué a mi domicilio a las 14.00 hs. y tampoco
ningún patrullero se había acercado a informar sobre los
hechos ocurridos, encontrándose en el mismo mi familia, a la
espera de alguna noticia al respecto, y así hasta las 21.30 hs.
que nos citaron a la Morgue Judicial, previo paso por la comisaría
24ª. Todavía faltaba un trago demasiado amargo, pasar por
el espantoso y doloroso momento de asistir a la Morgue Judicial a reconocer
el cadáver de mi hijo, porque es terrible, y más aún
digo yo, cuando ocurre lo que a los papás Rosende. Nos atendió
personal de... ¿guardia?, ¿maestranza?, ¿auxiliar?,
ningún Médico, haciéndonos esperar más de
una hora, concurrimos con mi hermana, tía de Damián, Médica;
la Dra. Beatriz Fabiana Cerviño, quién tuvo que discutir
desde su especialidad y su sabiduría, porque al interrogar sobre
dónde había recibido el impacto de bala Damián,
ninguna de las personas que nos atendió sabían responder,
no habían visto a nuestro amado hijo, faltó que nos dijeran
no sé en qué heladera o frezzer está, cómo
si fuera un lechón traído del campo para asar. ¡Qué
vergüenza! ¡Qué falta de consideración y de
respeto al prójimo! ¡Qué falta de humanidad! No
sabíamos si nuestro hijo tenía o no rostro, si había
vaciamiento ocular, etc., etc., etc.
Tardaron dieciocho horas en entregarnos el cadáver de nuestro
hijo, cada hora de espera fue como cada año de su vida.
Hablo de represión, porque si reprimir es refrenar, estos...
¿señores?, refrenaron, un accionar que desconocían
si se iba a producir o no, quizá las armas de los delincuentes
no funcionaran como en tantas oportunidades.
¿Cómo sigue una familia que ha sido mutilada? Si una persona
pierde a sus padres se lo denomina huérfano, si pierde a su cónyuge
viudo/a; ¿qué nombre tenemos los que perdemos a nuestros
hijos, y los que nos lo roban como en nuestro caso? Damián vivió
18 años, 5 meses y 2 días. Para mí Damián
vivió 19 años, 2 meses y 2 días ¿no cuenta
el intraútero para las mamás? Estamos destruídos
y no vemos luces de esperanza, las únicas eran los errores de
información que decían que había muerto un joven
de 20 años, cuando Damián tenía 18; que iba a trabajar,
cuando Damián portaba los libros de Sociología, que el
incidente se produjo a las 5.40, hora en que Damián no podía
haber llegado de Quilmes a Dock Sud. ¿Cómo puede haber
tantas equivocaciones? Martín, su hermano de dieciséis
años está quebrado totalmente, era su abrojo, un apéndice
de Damián. Sus amigos..., era para nosotros “el más
dulce de la casa”, viven sus cuatro abuelos de alrededor y más
de ochenta años, lloran todos los días, diciendo porqué
él y no nosotros.
Los testigos prestaron declaración testimonial en el Juzgado
de Lomas de Zamora, coincidiendo éstas con las del 11 de abril,
pero al pedido de indagatoria que hice para los dos suboficiales, la
Fiscalía me respondió que se tomará la misma cuando
sea el momento procesal adecuado, ¿cuándo?
(12-09-03, a la fecha ya pasaron cinco meses).
No sé..., quizá cuando le asesinen un hijo a un Juez o
a una Fiscal, los tiempos procesales adecuados sean otros, quizás
manejen otros almanaques que los papás y mamás, ciudadanos
comunes que habitamos el suelo Argentino.
Pero no voy a bajar los brazos, no puedo ni debo acostarme a llorar
en una cama, porque pierdo tiempo y ellos siguen matando, robándole
el futuro a este país que tanto amo. Tampoco tengo miedo, el
miedo nos paraliza, de tener miedo creería estar en un país
de mafiosos y quiero creer que no es así, confío en que
no sea así.
Espero y deseo que se inicie una nueva etapa en la Argentina, una Argentina
que debe refundarse, una Argentina que se llene de flores y desaparezcan
para siempre los ríos de sangre.
Liliana hizo la denuncia en Cofavi, y el caso ha sido admitido, pasando
a formar parte de nuestra Comisión, Damián está
junto a todos nuestros hijos, y Liliana es una más de todos nosotros,
y juntos marcharemos hacia la verdad y la justicia.
Prof. Liliana Norma Cerviño
D.N.I. 12.622.470
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